Clientes o no clientes, ¡Oh, que dilema!

Una de las fallas más frecuentes que cometemos quienes prestamos servicios es creer que cualquiera que tenga el dinero para pagarnos, puede ser considerado nuestro cliente. Yo lo creía así y efectivamente, estaba equivocada. Con el transcurso del tiempo, tuve clientes que me enseñaron muchísimo, entre otras cosas, a decir que no. Recuerdo un cliente…

Una de las fallas más frecuentes que cometemos quienes prestamos servicios es creer que cualquiera que tenga el dinero para pagarnos, puede ser considerado nuestro cliente. Yo lo creía así y efectivamente, estaba equivocada.

Con el transcurso del tiempo, tuve clientes que me enseñaron muchísimo, entre otras cosas, a decir que no. Recuerdo un cliente que era desordenado, no le interesaba cumplir con sus obligaciones fiscales y mucho menos, con sus obligaciones patronales. La cantidad de problemas en los que siempre se encontraba me hacían invertir mucho más tiempo del que había presupuestado y lo peor de todo, no escuchaba mis sugerencias como asesor.

Otro, se encontraba en una ciudad un poco distante y aunque al principio pensé que podría cubrirlo gracias a la tecnología, tenía serios problemas de conectividad y se me hacía muy difícil la comunicación con él.

Llegó un momento en el cual tuve que reflexionar y replantearme el rumbo de lo que creía que debía ser mi negocio. ¿Realmente me interesaba atender a cualquier cliente? No. Me interesaba un cliente que potenciara mis habilidades y facilitara mi desempeño como profesional.

Fue allí en donde realicé una pequeña lista de unos requisitos mínimos que debía cumplir mi prospecto a cliente:

  • Respeto por mi trabajo o dicho de otras palabras, valoración profesional. Si tu cliente no te respeta, debes decirle adiós.
  • Alineación con mis principios profesionales. Ambos debemos estar de acuerdo en encontrar el mismo camino para el logro de los objetivos.
  • Misma ubicación geográfica o al menos, que posea herramientas que faciliten la comunicación permanente.
  • Conocimiento y dominio de su ramo de negocio. Prefiero dedicarme a clientes ubica-dos en ramos de los cuales tengo experticia para evitar errores en la valoración de su negocio. Aunque esto no significa que no podamos aventurarnos a aprender sobre negocios nuevos.
  • Cumplimiento de las condiciones del contrato acordadas. Y esto también tiene que ver con el pago puntual y oportuno de los servicios prestados.

Sé que pensarás que la situación actual del país no está como para decirle que no a un cliente y mucho menos, que nos vamos a convertir en una agencia de selección de clientes, pero debemos estar muy claros en que decir que NO a tiempo, incidirá en la dedicación y mejoramiento de los recursos que tenemos para ofrecer a otros clientes que nos valoren y aprovechen todo nuestro potencial y si no, al me-nos, nos evitará un dolor de cabeza. ¿Qué esperas? anímate a crear tu propia lista y verás que te será de gran ayuda.

Por Norghy Rodríguez Directora de la Firma Rodríguez Sánchez y Asociados, Asesores Financieros. Aliado Estratégico de Tributos A Tu Alcance, S.C.

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